martes, 26 de junio de 2012

Me voy a plantar un pino



Hace poco tuve el placer de realizar un bonito y verde trayecto en tren, el Gandía-Valencia, un trayecto que llevo haciendo desde que tengo uso de conciencia, cuando era pequeño y viajaba con billete infantil, veía cada dos o tres minutos algún "coche carraco" o algún "yayo" trabajando la huerta, "negritos" ayudando a recoger naranjas... en fin, la cosa ha cambiado.

Ya no vi ningún "yayo", los árboles rebosaban follaje por podar y millones de manchas marrón verduzco junto con hierbas escondían los "caballons" y los goteos si los hubieren, excepto en las plantaciones de arroz que van desde la Albufera al Xúquer, la actividad agraria era nula.

Llego a Valencia y me encuentro carteles por Benimaclet y la universidad de "salvem l'Horta", otros con labradores de "defensem la cultura" y cosas similares, a lo largo del día me cruzo con cientos de moralinas con patas, algunas greñudas, otras gafapastas y otras con uniforme clásico, odio que me encasillen, pero porque soy dificil de encasillar y quiero creer que es así, pero es que ellos lo ponen a huevo.

La agricultura es algo que me viene de familia y por ello estoy familiarizado con ella, no concibo dedicarme a la tierra y espero ganarme la vida por mi vocación y no por mi herencia, no obstante si algún día eso ocurriera (lo de trabajar de lo mio) nunca echaré las plantaciones a perder.
Pasear entre huertos sobrecargados de nitratos es muy agradable, pero no dejan de ser propiedades privadas por mucho que se abandonen, un huerto sin agricultor no tiene razón de ser, pero si hay algo que siempre tendrá razón de su existencia con o sin nosotros, serán nuestros parajes naturales y sus frágiles ecosistemas.

Disfruto del senderismo, disfruto de caminar por ríos, valles y montañas al tiempo que algunas construcciones humanas se cruzan a mi paso como testigos residuales de nuestra presencia en el pasado, me encanta gorronear a la naturaleza sus golosinas silvestres, preferiblemente higos y moras, pero los incendios... lo joden todo, no apelo a la naturaleza como pulmón del planeta, como ecosistema de biodiversidad o como riqueza paisajística, apelo a la naturaleza para mi disfrute y descubrimiento de la misma mediante una actividad lúdica que es el senderismo... que por cierto, es graaatis.

Cuando veo las montañas en roca viva que se van extendiendo desde la Valldigna a la Marina y los paisajes quemados, me entran ganas de cargarme todos esos huertos (incluyendo los propios) plantar arbolitos y plantitas típicas de los paisajes cercanos y trasplantarlos dónde se han perdido, aunque tenga que subir sacos de tierra a "les tres creus", eso sí que toda esa panda de urbanitas me eche un cable, que seguro que algún biólogo licenciado, algún agrónomo e ingeniero de montes (o como se llamen) hay pregonando lo malo que es el calentamiento global a través de su blackberry o su aparatito de Apple, o mejor, montamos una ONG de "okupas por el por el boske" que seguro que así se mete más peña...ya que si lo hago yo solo estamos apañaos.

Mañana se me habrán olvidado todas estas chorradas y me preocuparé por las ballenas-pony, hasta que vuelva a subir en el tren o me ponga las chirucas... en fin, me voy a plantar un pino.

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