BORDERLINES

Suena el teléfono

A: Al habla el agente Ayora, digame:

B: Soy Paquita Llopis, de un pueblecito costero, quiero denunciar una irregularidad.

A: Proceda

B: Casi me atropellan dos subnormales en una moto pequeña, que hacía más ruido que la traca de la boda de mi sobrina. Iban en dirección contraria, no llevaban casco, ni la moto retrovisores.

A: ¿Pelo muy corto y sin camiseta?

B: Si, si ¿Cómo lo sabe?

A: Señora, el código de circulación, impide a las personas que sufren la minusvalía que usted describe, circular en moto, por lo que pese a la capacidad mental limitada de esos individuos, conservan las suficientes capacidades psicomotrices como para tener permiso de ciclomotor, a esa gente se le denomina: BORDERLINES

B: Gracias por el curso de biodiversidad, pero ¿piensa hacer algo?

A: Para eso nos pagan, señora.

Fin de la llamada.

El agente Ayora se dirigió al despacho del comisario y tras recibir permiso para entrar, miró fijamente a su superior y sin mediar palabra, el comisario entendió de qué trataba el tema.

-Ha vuelto a ocurrir, ¿me equivoco?

-Señor... es una auténtica epidemia.

-Cada dos años la misma historia, cambios en la ley de educación y pléyades de borderlines salen de los IES e invaden las calles, dificultando la convivencia cívica entre las personas de bien.

-Son como cucarachas cuando se incendia algún WOK, señor, deberíamos colgar de los huevos a todos esos políticos…

-¿Es usted idiota?… políticos… no es culpa de los políticos, estos simplemente son agravantes. Defíname las pautas de comportamiento del adolescente españolito medio.

-Comportamiento incívico e irrespetuoso, abuso de alcohol los fines de semana, consumo diario de drogas blandas, conducción temeraria, irresponsabilidad en su proceso de educación obligatoria…

-¡Pare! que nos denunciará Federico Moccia por plagio… ¿Y eso quién lo paga?

-Dios…

Pausa dramática

-Si... son los padres.

-Creo que hemos criminalizado demasiado a cierto colectivo…

-Comunique a los celadores del calabozo, que ahora los profesores retenidos pueden comer con cubiertos.