La democracia es un sistema más perfecto de lo que parece,
el problema está en que no nos la merecemos, me vienen a la cabeza imágenes
impresionantes, los parisinos tomando la bastilla, las ciudades del norte resistiendo
a los carlistas, gentes escalando las capitanías generales en “la Gloriosa”,
incluso patriotas cubanos ocupando La Habana, todos timados y traicionados.
Ignorantes.
Al parecer después de haberlo perdido todo montando una
revolución, se te quitan las ganas de seguir luchando a corto plazo, hablo de
historia, yo no he vivido ninguna.
No se cuanta gente perdió la vida para que yo pudiera gozar
de un Estado de derecho, libertad de asociación, reunión, política, derechos
sociales y esas cosas que pensamos que una vez puestas en un papel, se
mantienen solas.
Es interesante observar, que en un Estado sumamente
descentralizado como el nuestro dónde ayuntamientos bananeros tienen más
competencias que el mismísimo gobierno, la corrupción ha podido llegar a niveles tan divertidos.
La teoría es simple, “acercamos la toma de decisiones
mediante la cesión de competencias para hacer a la ciudadanía participes de las
mismas” lo que no nos dicen es que más cercanía con el poder implica más
responsabilidad para con el mismo… pero es que eso de la responsabilidad
individual de la cosa pública… nos suena a cuento chino.
Solo nos interesa el poder cuando nos toca directamente las
pelotas, mientras tanto “que cadascú panye” aplaudíamos como focas cuando el
president de turno nos venía con “ahora nuestra comunidad goza de más
competencias y autogobierno”. Solo algunos abogados vagos se encabronaron, “si no teníamos suficiente
con el BOE de las pelotas, ahora tenemos 17 BOEs más que estudiar” la
ciudadanía solo pensó “¿qué coño es el BOE? Me da igual” y así es como empieza
el maravilloso mundo de las autonomías, no contentos con una constitución
que no fija las competencias regionales,
cada cuatro años nuestros gobernantes se empeñan en apelar al constitucional nuevos
regalitos de los reyes magos, porque es lo que son.
Yo voto y cumplo con mis obligaciones como ciudadano…
¿seguro? ¿Cumples con la ley? ¿No defraudas a hacienda un poquito? ¿Nunca has
mentido sobre la edad de tus hijos para gozar de descuento en la RENFE? ¿Nunca
te has aprovechado de las recetas de la abuela?¿O te has metido diesel
subvencionado en tu coche particular?¿recoges las caquitas de tu chucho o lo
sueltas por la playa? ¿Nunca has hecho botellón? ¿has meado en la calle? ¿te
has beneficiado de alguna subvención o beca que no necesitabas? ¿nunca has
trabajado en B? ¿has utilizado el sistema sanitario público para escaquearte de
tu trabajo? Podría seguir así horas hasta poder coger por banda al más
meapilas.
Y no es que solo faltemos a nuestros deberes cívicos, es que
admiramos a los que se limpian el culo con nuestro código penal, incluso
delegamos el ejercicio de nuestra soberanía en ellos… varias veces. Y ahora, la
joven democracia española convertida en la cuarta economía de la zona Euro (por
número de cazurros en el corral, que no por meritos propios) amamantada por
todo tipo de ayudas internacionales a la convergencia regional…
mostramos al
mundo nuestras vergüenzas. Es más fácil decir lo bueno que lo malo “podemos
votar, tenemos un huevo de derechos cojonudos, unos deportistas muy guays,
muchas ONG’s que se preocupan por las miserias del mundo, playas y un rey que
caza elefantes…” para todo lo demás, Telecinco.
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