lunes, 3 de diciembre de 2012

Traumas infantiles

Mucha gente me pregunta que qué mosca me ha picado con los Balcanes, que puestos a elegir sufrimiento humano, guerras e historia milenaria, que Palestina puede ser una opción más popular, con judíos y todo, que el pueblo palestino sufre mucho etc, etc.


El problema es que hablar de un tema que todo el mundo cree conocer, tiene sus pros y contras, por ejemplo, siempre que hay conferencias sobre el Sahara occidental o los palestinos en mi entorno, el aforo es máximo y las conferencias suelen ser mediocres, posicionadas y condicionadas por el sentimentalismo más barato de seres, que como yo, no conocen la guerra, la limpieza étnica, el genocidio etc, y lo que es peor, no saben el significado de estos últimos términos.



Eso no significa que no existan conferencias inolvidables, grandes historiadores, politólogos, divulgadores o expertos en Relaciones Internacionales sobre el tema, haberlos haylos, pero no se exhiben con palestinas, ni cuelgan fotos de su pene circuncidado luciendo un kipá o un elegante fez rojo. 



¿Por qué los Balcanes? Principalmente porque el hecho de amar o dedicarle tu tiempo a algo, implica seleccionarlo arbitrariamente y marginar el resto de cosas importantes que te importan menos. Es por tanto que el acto de amar, es de los más egoístas que el ser humano pueda realizar. Cuando era pequeño (leer la entrada del uno de julio era un enano profundamente militarista, soldaditos de plástico por toda la casa, action mans, aviones de combate... me fascinaba todo lo castrense, incluyendo el equipo A.

http://escroniano.blogspot.com.es/2012/07/salvad-al-soldado-gris.html



Con la invasión de Kuwait y la guerra de Bosnia, los noticiarios de la 2, mostraban imágenes heroicas trasladadas desde la CNN, de hombres apuestos disparando sus armas e izando banderas victoriosas, luego vinieron los cascos azules, soldados que luchaban contra el mal, vídeos de aviones... que gozada, con mis soldaditos de plástico, en mi imaginación lo recreaba todo... los verdes eran malos, los grises los buenos, aunque los verdes les superaban en número y tenían tanques y aviones, cuando todo parecía perdido aparecían los action mans, gigantes de diez metros y a patadas, tumbaban las hordas malignas ¡toma Naciones Unidas!



Luego aparecían otras imágenes, los refugiados, ancianas y niños llorando o bociferando impotentes, pero nunca conseguí asociarlas a los heroicos luchadores por la libertad que salían segundos antes en la caja tonta.



En mi familia y en el colegio se preocupaban por esas aficiones, por lo que uno de mis primeros libros de lectura, fue "Asmir no quiere pistolas" la odisea de un niño bosniaco, que huye con su hermano, madre y abuela del infierno de Sarajevo, fue un golpe duro para mi, nada importa que ahora sepa, que el libro está escrito por una australiana que no vivió el conflicto. Para mi, Asmir, un niño de mi edad, era alguien real.



Empecé a buscar en el pequeño Espasa sobre Yugoslavia, Bosnia, etc. y con menos de diez años de edad... no entendía nada, miraba los noticiarios de la dos, sabía que existían unos serbios que junto a Saddam querían conquistar el mundo o algo así, mi madre llenaba la despensa de latas y conservas por si acaso, la idea de tener una guerra en casa para mi era una posibilidad y por culpa del dichoso libro, por las noches me levantaba llorando y me acostaba con mis progenitores, tenía pesadillas, mi madre me consolaba y mi padre me decía que las guerras eran necesarias, que eramos demasiados en el planeta...



Por eso Yugoslavia, por eso los Balcanes, si hubiera leído un libro sobre un tal Mohamed, cuyos padres fueron devorados por unos antropófagos sionistas, a lo mejor escribiría sobre Arafat, la OLP, la ANP y los buenos de Yihad Islámica.


No son los niños de una filada de moros y cristianos

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